Escudo1

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viernes, 28 de octubre de 2011

RECORDANDO EL PASADO


BALSAS 3 - 5 MONTECARLO
 La Crónica
"Poco pudo hacer el Balsas Picarral en la Gran Batalla, ante la mayor calidad técnica de un Montecarlo que le arrolló por completo. A falta de ocho minutos de la conclusión el electrónico reflejaba un 1-5, a favor de los visitantes. El equipo del Balsas no fue ni la sombra de ese conjunto que el año pasado deslumbró en Primera Benjamín y el equipo de Nacho Forcén se lo merendó en una segunda mitad pletórica y muy trabajada. El partido no era de mero trámite para ambos conjuntos. Los rojillos, el año pasado se enfrentaron cuatro veces con los avispas y no salieron vencedores de ninguna batalla. Por eso el partido fue una lucha constante, de la que ninguno quería salir derrotado. El Montecarlo pegó primero en una internada de Iván ‘Speedy’ Vicente, que sacaba un centro medido y por un pelo no llegaba el matador Cimarrón. Los del Picarral no se querían quedar atrás y en un centro desde la banda, Joel despejaba a los pies de Jacob y éste sólo en el área pequeña lanzaba por encima del larguero. Pero alguien tenía que aparecer. Algún jugador determinante podía romper el partido, si no esto parecía destinado al reparto de tierras en la Batalla del Picarral. Y como William Wallace en Braveheart, apareció Luis “Palito” Forcén para zafarse de una mosca pegada en la oreja, para combinar con el capitán de la Batalla (Carlos “La Cobra” Guillén) e inaugurar el marcador para los de Torrero-La Paz. La Batalla no estaba ganada, y poco después en una falta lateral botada por Mario, el gran central Manu, que, las tropas Montecarlistas querían en ellas, ponía la igualada en el resultado. Montecarlo no quería quedar atrás, y al filo del descanso un fuerte chut desde la frontal de Miguel ‘Il Talentino’ Sanz, no conseguía atajar el portero local, y el más listo de la clase, el que siempre aparece para matar: Cimarrón, conseguía el 1-2 con el que se iba al descanso. Tras pasar por la caverna romana, el mandamás mandó a sus hombres culminar. No se podían rendir y el ejército salió motivado para vencer la Batalla. En una gran emboscada, Montecarlo mataba el encuentro. Un centro desde la banda del Tanque, lo culminaba Cimarrón clavando la espada a los Picarrealenses. Los avispas, medio muertos, aún consiguieron asestar algún golpe y noquearon por unos momentos al escuadrón rojillo.. Pero lejos de la realidad, el capitán del ejército (Carlos ‘La Cobra’ Guillén) metía un pase precioso a Jorge ‘Tigretón’ Mandar y sólo ante el guardameta local, asestaba otro zarpazo a los avispas. Aún quedaría tiempo para que se sacaran los cañones. Pablo Jiménez sacó su fusil y lanzó un trallazo que limpió todas las telarañas de la portería. La Batalla estaba terminada y Nacho Forcén retiró del campo de batalla a sus hombres más fuertes para que descansaran. Sin embargo, las Tropas Avispas noqueadas se levantaron, sacaron su orgullo y pegaron dos golpes sobre la mesa en forma de gol que dejaron asustados a los Montecarlistas y de paso maquillaron el marcador. La Batalla había llegado a su fin. El General “Master and Comander”, junto con la ayuda de sus hombres habían conquistado Picarrealandía, un ejército que el año anterior se resistió. Ahora toca pensar en la siguiente Batalla, bastante dura, en la casa del siempre temido Santo Domingo de Juventud. "

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